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Carta de la Presidenta

Queridos amigos, voluntarios, donantes y entidades financiadoras:

Un año más os presento la Memoria de Actividades del año ya finalizado 2021, esperando que en ella podáis descubrir la actividad de FABRE y os alegréis con nosotros con tantas cosas buenas que se han podido llevar a cabo con la ayuda de todos vosotros.

En el momento que escribo estas letras, nos encontramos en una situación muy dolorosa de guerra entre Ucrania y Rusia. Un elemento más que aumentará la pobreza de muchas personas, tanto en esos países como en otros muchos, debido a los daños colaterales del conflicto. Parece que la lucha contra la pobreza no tiene fin.

En medio de esta crisis, muchas son las personas anónimas que a diario son ejemplo de solidaridad en la ayuda a paliar los efectos devastadores de quienes están sufriendo más directamente esta tragedia. La guerra deja tras sí muchos pobres con quienes debemos compartir el sufrimiento para aliviar su malestar, devolverles la dignidad perdida y asegurarles la necesaria inclusión social en los países de acogida. Afrontar la pobreza supone un cambio de mentalidad, es decir, afrontar el reto de compartir y comprometerse.

El Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres nos recuerda que a este drama de la guerra se añade, además, otra plaga que produjo ulteriormente más pobres: la pandemia. Esta sigue tocando a las puertas de millones de personas y, cuando no trae consigo el sufrimiento y la muerte, es de todas maneras portadora de pobreza y amargura. Algunos países, a causa de esta situación sanitaria, están sufriendo gravísimas consecuencias, de modo que las personas más vulnerables están privadas de bienes de primera necesidad. En particular, es urgente dar respuestas concretas a quienes padecen el desempleo, que golpea dramáticamente a muchos padres de familia, mujeres y jóvenes.

La solidaridad y la generosidad de muchas personas, unidas a proyectos de promoción humana a largo plazo, están aportando y seguirán aportando una contribución fundamental en esta coyuntura. En esta labor FABRE, junto a todos vosotros, se une a la implementación de proyectos que procuren una vida más digna a quienes más lo necesitan.

Es necesario, que nos planteemos qué camino de justicia sería necesario recorrer para que se superen las desigualdades sociales y se restablezca la dignidad humana, tantas veces pisoteada. Y afirma que el estilo de vida individualista es cómplice en la generación de pobreza. La pobreza no es fruto del destino sino consecuencia del egoísmo. Por eso es decisivo dar vida a procesos de desarrollo en los que se valoren las capacidades de todos, para que la complementariedad de las competencias y la diversidad de las funciones den lugar a recursos comunes de participación.

Nadie es tan pobre que no pueda dar algo de sí mismo en la reciprocidad. Los pobres no pueden ser sólo los que reciben; hay que ponerlos en condiciones de poder dar, porque saben bien cómo corresponder. Es cierto, son personas a las que les falta algo, frecuentemente les falta mucho e incluso lo necesario, pero no les falta todo, porque conservan su dignidad que nada ni nadie les puede quitar.

Decía B. Franklin que “existen tres tipos de personas en el mundo: las inamovibles, las movibles y las que se mueven”.

Ojalá que, en FABRE, gracias a la colaboración de todos, seamos siempre personas en continuo movimiento para hacer el mundo un poco mejor cada día sin quedarnos indiferentes ante tantas realidades que necesitan nuestro compromiso.

Esperando que os disfrutéis la Memoria que hoy llega a vuestras manos y agradeciendo, una vez más vuestra implicación y generosidad.

Recibid un cordial saludo,

Rita Regojo Bacardi
Presidenta FABRE